domingo, 29 de marzo de 2015

Ausencia I.

Hoy soñé con mis manos enredadas en tu pelo,
con tus manos acariciando mi cuello.
Y no pude evitar despertar sonriendo pensando que serían tus besos quién me darían los buenos días.
Pero solo me encontré mi cama deshecha y cuatro rayos de sol entrando por la ventana.
La tristeza picó a mi puerta y fue mi desayuno,
así llevo todo el día:
con su efecto en mí y haciendo ver que no te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario