viernes, 20 de diciembre de 2013

Encerrada en mi misma.

Aquí dentro hace frío. ¿Alguien me oye? ¿Alguien se acuerda de mí? Lucho por salir. Mis gritos se ahogan en silencio. Esto cada vez está más oscuro. Ayuda, por favor. ¿Dónde están los que prometieron no dejarme nunca? Necesito salir de aquí, sacadme. No puedo más. Mis fuerzas se van desvaneciendo. Por favor, que alguien me escuche. Estoy encerrada. Necesito salvación. Que alguien me escuche, esos gritos silencios que desgarran mi garganta. No me queda voz, no me queda aire. Me ahogo, último esfuerzo. Por favor. Intento salir de este horrible sitio, esto es una pesadilla pero estando despierta. ¿Alguien logrará salvarme? Me voy, esto se acaba. No me quedan fuerzas, no puedo salir de aquí.

¿Cómo quererse cuando te odias?

'A quien no le guste como sea, que no se acerque a mi'. Esa frase, esa puta frase. Claro, es fácil, si alguien no te gusta pues no te acercas a él y ya. Pero, ¿qué pasa cuando quien no te gusta como es, es uno mismo? Entonces, ¿cómo te separas de ti mismo? ¿Qué pasa cuando cada palabra, cada pensamiento o cada movimiento que haces hace que te odies un poco más?
Nadie nos ha contado nunca como querernos, siempre nos han enseñado a querer y respetar a los de nuestro alrededor. Pero, ¿y nosotros? ¿Qué pasa con todas esas personas que susurran un 'te odio' cada vez que se ven reflejados en el espejo? ¿Qué pasa con toda esa gente que solo sonríe cuando ven su propia sangre brotar? ¿Cómo deben quererse esos?