viernes, 1 de mayo de 2015

Ausencia II.

Neruda quiso escribir los versos más tristes aquella noche,
yo solo trato de no recordarte en cada palabra de tu canción favorita.
Cada vez que cierro los ojos para dormir, te veo
y al abrirlos, inundados en lágrimas, espero tus brazos alrededor de mi cintura.
Pero no estás, no has estado nunca
y dudo que llegues a estar alguna vez.

domingo, 29 de marzo de 2015

Ausencia I.

Hoy soñé con mis manos enredadas en tu pelo,
con tus manos acariciando mi cuello.
Y no pude evitar despertar sonriendo pensando que serían tus besos quién me darían los buenos días.
Pero solo me encontré mi cama deshecha y cuatro rayos de sol entrando por la ventana.
La tristeza picó a mi puerta y fue mi desayuno,
así llevo todo el día:
con su efecto en mí y haciendo ver que no te quiero.