martes, 21 de mayo de 2013

El día de tu vida.

Quién sabe. A lo mejor hoy es el día. A lo mejor hoy no hace falta poner la música más alta que tus pensamientos. A lo mejor hasta las canciones tristes te hacen sonreír. Y aunque esté lloviendo saldrás a la calle sin paraguas. Porque no te importará mojarte. Te reirás a carcajadas sin miedo de que te miren. Y no te importará ir sonriendo por la calle. A lo mejor hoy no te importará el que dirán. Te darán igual todos los insultos. Te creerás los halagos. Y, por un día, quizás te sentirás bien.
Pero, eso, solo podría pasar. Y los ojalá están muy sobre valorados.

viernes, 17 de mayo de 2013

Formar parte de ti.

Y aprenderme de memoria donde están todos los lunares de tu cuerpo. Que se me quede grabada tu risa en mi cabeza, que sea la única música que escuche durante todo el día. Y sentir tus manos acariciando las mías. Saber que sonríes por mi. Saber que puedo besarte e interrumpir la conversación. Y morderte el labio después de cada beso. Ver tu sonrisa a centímetros de la mía  Y sentirte tan cerca que parezcas parte de mi. Aprenderme de memoria el compás de tu respiración. Saberme tus costumbres y manías. Formar parte de tu rutina. Ser tu 'por ella, cualquier cosa'. Dormir abrazada a ti. Y que en medio de la noche, despertarme, y verte ahí. A mi lado. Tener nuestras canciones. Y cantarlas a gritos. Y hacernos millones de fotos. Pelearnos y acabar besándonos. Y saber que soy solo tuya.

domingo, 12 de mayo de 2013

Un puto sueño.

Corriendo. A toda hostia. El viento dándome en la cara. No tengo tiempo de pensar. ¿A dónde estoy yendo? ¿Qué estoy haciendo? No lo sé. Solo corro. Huyo. De todo y de nada. La respiración se me corta. La adrenalina me sube. Me siento viva. Hacia mucho que no me sentía viva. Había olvidado esa sensación.
Paro. Me siento en el suelo. Y, por una vez desde hacía mucho, no tengo miedo. Estoy feliz. Me siento bien. Me da igual estar pérdida en medio de la nada, a oscuras y sin saber como volver. Quiero que se pare el tiempo. Quiero quedarme así para siempre. Sin miedos, sin ansiedad, sin agobios. Todo se empieza a desvanecer. Y, como siempre, todo ha sido un puto sueño del que me gustaría no haber despertado.