martes, 8 de enero de 2013

Rota.

Estoy harta. Harta de no poder ser feliz. Harta de que me den bajones. Harta de tener que poner la música alta para que suene más alta que mis pensamientos. Harta de sentirme inferior a todo el mundo, de no ser lo suficientemente buena para nada. Harta de llorar sin motivos o que los motivos no merezcan esas lágrimas. Harta de mirarme al espejo y no aceptarme. Harta de tener miedo de hacer, decir o ponerme ciertas cosas por miedo al que dirán. Harta de no tener autoestima. Pero sobretodo, estoy harta de esos 'sonríe', 'pasa de todo' o 'no estés mal' porque no es fácil. No es fácil no aceptarte a ti misma. No es fácil mirarte al espejo y darte asco. No es fácil sentirte inferior. No es fácil ir fingiendo estar bien todo el día y derrumbarte al llegar a casa. No es fácil aguantar insultos y bromas pesadas. No es fácil tener la autoestima alta cuando te están recordando todos tus defectos a diario. No es fácil sonreír cuando quieres llorar. No es fácil decir 'estoy bien' cuando todo esta mal. No es fácil sentirte como una mierda. No es fácil que nadie se fije en ti, que nadie te vea como esa 'persona especial'. No es fácil que la gente que mejor te entienda este a kilómetros de ti. No es fácil sentirte sola cuando estas rodeada de gente. No es fácil necesitar un abrazo y que nadie te lo de. Pero lo más difícil es que nadie se de cuenta de que estas rota por dentro.

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